Domingo 10 de mayo de 2015, ocho de la mañana, vejiga llena para la transfer y coincidencialmente, día de la madre también. Llego el momento de recibir a mi embrión, mi milagro, mi pedacito de vida.
A decir verdad esta trasnfer no fue como la soñé, todo lo contrario fue bastante dolorosa, incomoda y con sangre, sumándole a esto que se me inflamo la vejiga por aguantar tanto pipi. Solo quería que terminara rápido y que sacara la cánula y el especulo de mi. Después de eso, 40 minutos de reposo con piernas hacia arriba y luego para la casa. Ese día inicié con progesterona en ampolla de 100mg, pero solo media ampolla diaria hasta el día de la beta que será el día 20 de mayo
Esposo si que disfruto la transfer. Mientras yo miraba al techo y lograba contenerme con la molestia y dolor que estaba sintiendo, él veía la pantalla, esperando el momento del milagro, de la bendición. Ese momento mágico que solo unos pocos tenemos el privilegio de vivir. Y ahí estaba fue una luz en medio de tanta oscuridad, por eso lo hemos llamado Chispita. una chispita de vida.
Intento estar tranquila y en paz, pero es muy difícil. Día tres post transfer empece a sentir dolor bajito y a tener algo de flujo vaginal, me asuste un poco por que en ninguna de las transfer anteriores he tenido flujo, y aunque el gine me dijo que era usual, que podía ser reflejo de la transferencia y que me quedara tranquila, no lo he logrado. Hoy ya es día 4 después del procedimiento, el dolor bajito es menor que ayer pero el flujo continúa.
Los efectos de la progesterona intramuscular ya los estoy sintiendo. Mucho sueño, cansancio y estoy muy sensible, la primera llorada ya la tuve jejeje (pobre de mi esposo). A eso le agrego el dolor en mis nalgas, a penas llevo cuatro pinchazos y ya no las aguanto. Solo deseo con todas las fuerzas de mi corazón que esta vez todo valga la pena, y que Chispita, como lo hemos llamado se quede con nosotros para siempre. Sería mi mejor regalo de cumple el 26.